Mi lista de blogs

viernes, 18 de mayo de 2012


so reciente de un funcionario del FBI que pasaba secretos militares primero a la URSS y luego al gobierno ruso, es una clara demostración de que la guerra fría no ha terminado entre las dos naciones, pues dos países amigos no tienen porque recurrir al espionaje. Recordemos que –apenas algunos meses atrás- un espía norteamericano fue atrapado en Moscú, esta vez con secretos oficiales rusos, que supuestamente pasaría a Washington, pero fue “perdonado” magnánimamente por Putin, quizás para congraciarse con EEUU, nación clave para la otorgación de créditos blandos a Rusia. Naturalmente, en cada país debe haber muchos otros espías activos, aunque lo nieguen oficialmente, como en los tiempos más turbulentos de la rivalidad ruso-norteamericana.
No es ningún secreto que las dos potencias tienen una larga historia de espionaje mutuo, que data desde la revolución rusa de 1917 y que ha enriquecido tanto la literatura novelesca como la cinematografía de intriga, donde los espías han sido tradicionalmente héroes muy sofisticados y atractivos. Basta mencionar el popular personaje de James Bond, el superespía británico de la guerra fría, para corroborar este hecho, aunque los verdaderos espías han sido generalmente personajes patéticos y poco fotogénicos que han tenido finales trágicos o bastante tristes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario