Mi lista de blogs

viernes, 18 de mayo de 2012


as ciencias de la comunicación, cuyo desarrollo ha dirigido la CIA a partir de los años 50, han sido un instrumento esencial de la «guerra psicológica» contra los gobiernos prosoviéticos y los países resistiendo al dominio de los EE.UU.

En colaboración entre el ejército U.S. y los servicios secretos, los especialistas del comportamiento ayudaron a recoger información sobre «el enemigo», a elaborar la propaganda atlantista (OTAN), a prevenir el surgimiento de movimientos de liberación hostiles a Washington, llegando incluso a servir de consejeros a los expertos en torturas.

Esta «alianza entre lo científico y lo político» dio lugar a un dispositivo que aún se utiliza hoy en día para difundir la voz de Estados Unidos por el mundo.
A partir de 1945, los presidentes Harry Truman [1] y Dwight Eisenhower [2] institucionalizan las agencias de propaganda creadas durante la Segunda Guerra Mundial y les asignan como nueva misión la lucha contra la Unión Soviética y las repúblicas socialistas, a las cuales las designan como países satélites.

La estrategia general que elaboraron Truman y sus consejeros, llamada «containment», consiste en bloquear la expansión del comunismo mediante el control de los movimientos de emancipación nacional que pudieran tener la intención de llevar al poder a dirigentes prosoviéticos o prosocialistas. Este ambicioso proyecto exige la colaboración de expertos capaces de proveer datos geográficos, económicos, culturales, psicológicos y sociológicos que puedan ser explotados por el ejército y los servicios secretos.

En ese contexto, ciertos especialistas de «ciencias» del comportamiento, algunos de los cuales habían sido utilizados ya contra el Tercer Reich, son enrolados en los nuevos servicios de propaganda de la Guerra Fría.

Ya en noviembre de 1945, el general John Magruder propone confiar a la inteligencia militar un ambicioso proyecto de propaganda «en tiempo de paz» basado en el aporte de las ciencias humanas. Pero su iniciativa no logra convencer al presidente estadounidense Truman quien decide el desmantelamiento del OSS [3] de «Wild Bill» Donovan, protegido de Roosevelt.

No hay comentarios:

Publicar un comentario